La musculatura del suelo pélvico forma parte de la acción muscular que controla el centro del cuerpo. El hecho de no ser músculos que podamos sentir claramente al contraerlos, nos lleva a perder atención cuando necesitamos activarlos. Por eso es muy importante entender que en el momento en que hacemos uso de la faja abdominal, contraemos estos músculos e inmediatamente los abdominales, y no al contrario. Pero estos músculos deben fortalecerse al mismo tiempo, ya que un exceso de fuerza del transverso puede generar un suelo pélvico débil, incapaz de sostener los órganos internos.
Hasta no conseguir un movimiento simultáneo y controlado de la faja del abdomen (core), es necesario concentrarnos en intentar activarlo desde los músculos ubicados más abajo hasta los que están más arriba. Es decir, ir desde el suelo pélvico, pasando por el transverso y el diafragma, hasta llegar a los multífidos.
Te llevará un tiempo, pero un día conseguirás dominar con consciencia tu centro de poder. Lograrás sinérgicamente y con buena respuesta muscular, activar tu faja abdominal para controlar ejercicios de mayor dificultad.